40 años
de autonomía
de la Región
de Murcia
En 1980, el Consejo Regional de Murcia, el ente que pilotó la transición política hacia el nuevo modelo territorial emanado de la Constitución de 1978, daba el impulso necesario al proyecto autonómico con la publicación de un borrador del Estatuto de la Región de Murcia.
Aquel texto pionero y en cierto modo revolucionario, que contó con una tirada de 15.000 ejemplares, tenía como objetivo dar a conocer entre los partidos políticos, los ayuntamientos y los agentes sociales las claves de un proyecto que nacía con la voluntad de ilusionar a toda una Región que veía abrirse ante sí una etapa marcada por nuevos retos y la convicción de ser parte importante del histórico proceso de cambio que vivía entonces España. A la publicación del borrador se sumó la apertura de un plazo de información pública que precedió a la redacción definitiva del anteproyecto de Estatuto, que tuvo lugar el 10 de octubre de 1980.
Éste era uno de los últimos pasos para la aprobación del texto completo por parte del Congreso de los Diputados, como finalmente sucedió el 25 de mayo de 1982, con 258 votos a favor, 5 en contra y 18 abstenciones. Superado el preceptivo trámite, la Ley Orgánica del Estatuto de Autonomía que sentaría las bases de una nueva Región de Murcia de acuerdo al orden democrático y a los principios de justicia, libertad, igualdad y progreso, fue finalmente sancionada por Su Majestad el Rey Juan Carlos I el 9 de junio de 1982. Diez días más tarde, el 19 de junio, sería publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), entrando en vigor el 9 de julio.
Culminaba así uno de los momentos clave de nuestra historia reciente, dando paso a un periodo apasionante, no exento de incertidumbres, pero desbordante en ilusión y confianza, conscientes como eran los murcianos de aquel tiempo de que disponían de un instrumento jurídico de primer orden para poder levantar el sólido andamiaje institucional sobre el que habría de articularse a partir de entonces la Región de Murcia.
Pero lo realmente admirable de nuestro primer Estatuto de Autonomía del que este año conmemoramos su cuadragésimo aniversario, es, como sucede con todas aquellas normas fundamentales llamadas a perdurar en el tiempo, su condición de norma nacida del acuerdo y de amplios consensos entre quienes priorizaban, por encima de cualquier otro interés, un futuro común de prosperidad y desarrollo para nuestra tierra y todas sus gentes.
Un Estatuto plenamente acorde con su tiempo y que otorgaba, por primera vez, a los ciudadanos de la Región de Murcia una capacidad de autogobierno y de decidir sobre su destino como nunca habían tenido, y todo ello, contribuyendo así mismo también de manera decisiva al crecimiento y prosperidad de una España mejor, más descentralizada y más plural.
Cuatro décadas después de la entrada en vigor de nuestra Ley fundacional, los principios que la iluminaban siguen vigentes, y su desarrollo ha propiciado a lo largo de estos cuarenta últimos años la consecución de no pocos logros, como los evidentes avances en la igualdad y la inclusión social, la lucha contra el desempleo, el incremento en el número de servicios públicos y su calidad, una mayor vertebración territorial y eficacia administrativa, así como garantizar una existencia digna y plena para quienes vivimos en la mejor tierra del mundo.
Debemos rendir un homenaje en memoria y como tributo a cuantos hicieron posible el consenso para redactar, primero, y aprobar, más tarde, un Estatuto que se convirtió en el alma democrática y el fundamento moral de todas las personas que trabamos y vivimos en, y por, la Región de Murcia. Es a ellos a quienes debemos la libertad y capacidad de participación política que hoy disfrutamos, y lo consiguieron a base de diálogo y de moderación, algo que debe marcar también la España de los próximos años, la consolidación de una nación capaz de construir, desde la concordia, un futuro mejor para todos.
En 1982, tras la aprobación y publicación del Estatuto, nacía una nueva manera de hacer las cosas en España, un concepto diferente de vincular la acción política a las necesidades y condiciones de cada territorio.
La Región de Murcia apostó también por ello y el balance de lo conseguido constituye hoy, cuando celebramos el cuarenta aniversario de aquella promulgación de nuestro Estatuto de Autonomía, uno de los mayores ejemplos de libertad, prosperidad y progreso experimentados en esta tierra a lo largo de su larga y apasionante historia.
Fernando López Miras
Presidente de la Región de Murcia
1. Primer gobierno pre-autonómico de Andrés Hernández Ros. 2. Entrada en vigor del Estatuto de Autonomía, Palacio de Almudí (Murcia). 10-7-1982. 3. Entrega del proyecto de EA de la Mesa de la Asamblea Regional al Presidente del Congreso de los diputados Landelino Villa el 2 de abril de 1981. 4. Primer Consejo de Gobierno. 5. Pleno extraordinario del proceso autonómico 19-5-1990.